Ella es Margarita, mujer joven, madre de dos hijos, esposa y cuidadora de un cuñado escayolado. Vive con todo lo que una mujer de su casa puede desear, frigorífico, plancha de última generación, lavadora con 24 programas y escuchando música todo el día porque si no se moriría. Que, buscando el amor de su vida, encontró a su marido que era todo lo contrario. Que antes de casarse no sabía que la mujer tenía zonas erógenas y después, una vez casada, siguió sin saberlo. Y Que la palabra “orgasmo” le suena a insecto venenoso. Le ocurrió que un día deseando compaginar su labor de ama de casa con una actividad más intelectual, decidió aprender inglés descubriendo que “I Love Margarita” significaba ¡te quiero Margarita! Y sin poderlo evitar, descubrió el deseo. Sintió que toda ella estaba llena de puntos erógenos. Pero ya era demasiado peligroso que siguiera aprendiendo inglés, o para que pudiese ser deseada estando casada, teniendo dos hijos y un cuñado escayolado. Así que decidió subir al cielo para coger una estrella. Porque Margarita es buena, es dulce, es bella. Porque es un sueño, porque es el sol y el viento. Porque Margarita no es mía, porque es suya. Porque desea querer como ella quiere. Y Porque Margarita vive en cada una de las mujeres.